Desde una limpieza a vapor hasta pruebas en laboratorios son tan solo algunas de las actividades que se realizan cuando se trata de reparación de motores eléctricos 

El campo de acción de los motores eléctricos abarca varias áreas dentro de la industria, por eso que la salida de funcionamiento de estos equipos puede representar pérdidas económicas.

El mantenimiento de los motores eléctricos es un aspecto de suma importancia debido a que son equipos de uso continuo, por lo que sus componentes están expuestos al desgaste, así como a la contaminación por agentes como el polvo, grasa y la humedad.

En el mantenimiento de motores eléctricos se siguen ciertos protocolos con el fin de establecer las acciones a tomar: Inspección, desarmado, así como la verificación de componentes eléctricos y mecánicos.

La fase de inspección contempla una serie de pruebas que sirven para hacer un diagnóstico preciso, como verificación de la resistencia del aislamiento, continuidad del motor, sentido de giro.

Gustavo González, ingeniero especialista en equipos rotativos de Corporación BD, explicó que las “pruebas permiten levantar una data sobre el funcionamiento del equipo, para ello se efectúan pruebas dinámicas y estáticas que ayudan a detectar o a predecir alguna falla”. Dentro de las pruebas están: Índice de polarización, Inductancia, Capacitancia, Impedancia, Desbalance Resistivo, Resistencia de aislamiento, Pruebas de alto potencial, entre otras.

Luego que se levanta el diagnóstico se procede al área de desarmado donde se dividen las partes eléctricas de las mecánicas. En el caso de los elementos mecánicos como los rodamientos, ejes, tapas, se efectúa una limpieza para quitar cualquier residuo y así proceder a realizar una inspección dimensional. 

El lavado al vapor ayuda a eliminar las sustancias que puedan deteriorar el aislamiento del motor. Antes del montaje del bobinado se procede al Sandblasting así como al pulimento mecánico interno y externo del motor.